Gaudí extrajo de su entorno natural y cultural los fundamentos de su arte y de su técnica. En su obra conjugó los materiales y las técnicas tradicionales y modernas, imponiendo sobre ellos su particular visión basada en la comprensión de las leyes de la naturaleza y formulada mediante una expresión clara y precisa, viva y orgánica. Ello lo convierte en uno de los principales precursores de la arquitectura sostenible.

Sus obras constituyen concepciones totales. Tienen una mezcla de exactitud matemática, poesía y plástica, que estimula las percepciones y nunca deja indiferente. Todos los componentes de la arquitectura se fusionan sabiamente. Los habituales límites entre sostenido y sustentante se desdibujan  entre si y las envolventes se convierten en mucho más que simples límites de los espacios.

Debido a su espíritu inquieto y su imaginación ilimitada Gaudí se planteó constantes desafíos. Fue frecuente el cambio de soluciones durante el desarrollo de la construcción de un edificio producto de un anhelo de perfección que le obligaba a reflexionar permanentemente sobre cada detalle del diseño. Esta actitud le permitió evolucionar e instalar nuevas directrices en el proceso de diseño como así también crear técnicas constructivas obteniendo soluciones innovadoras y adelantadas para su tiempo.

Adoptó en cada caso apropiadas soluciones técnicas y de diseño con el fin de acondicionar los espacios de sus edificios de forma de albergar del modo más eficiente las actividades de los usuarios, todo en armonía con el ecosistema: eficaces aislamientos térmicos, hidrófugos y acústicos; orientación, forma y distribución de abertura s con el fin de obtener el máximo rendimiento  térmico y lumínico natural; sistemas de conducción de fluidos; ajustadas soluciones ergonómicas; reciclado de materiales y uso de técnicas locales. Estas particularidades de su arquitectura son hoy características fundamentales  de la arquitectura sostenible, de la que Gaudí es un precursor.