Güell, tararanieto del empresario, arma una ficción que parte del encuentro de unas cartas escritas por Gaudí en 1911 durante su convalecencia en Puigcerdà por fiebres de Malta. Este recurso literario le permite hilar una semblanza sobre el gran arquitecto sin dudas alimentada por la tradición familiar que atesora numerosas historias sobre su ilustre antepasado y el no menos célebre arquitecto.