El escritor Julio Cortázar profesó una gran admiración por la obra de Gaudí que dejó acreditada en una entrevista para la televisión española en 1977, donde desgranó recuerdos de su primera infancia y sus sensaciones ante a la obra del arquitecto.

Hijo de un diplomático, vivió en Barcelona entre los 2 y los 4 años de edad mientras su familia esperaba que acabara la Primera Guerra Mundial para poder regresar a la Argentina. De esos años en la Ciudad Condal Cortázar guardó una imprecisa memoria del colorido trencadís del banco del Park Güell, donde como explicó en el reportaje sus padres lo llevaban a jugar: “Mi inmensa admiración por Gaudí comienza quizás a los dos años, inconscientemente”. (1

Julio Cortázar a los dos años de edad. Foto: Archivo General de la Nación. Dominio Público
El Banco del Park Güell, cuyo recuerdo quedó impregnado en la memoria infantil de Cortázar. Foto: Fundación Antonio Gaudí

En un párrafo de esa entrevista explica: “De esos años tengo recuerdos no precisos, (…) me volvían imágenes muy inconexas, muy dispersas que yo no podía hacer coincidir con nada conocido, y entonces se lo pregunté a mi madre (…) y ella me dijo: Eso puede corresponder a que de niño, en Barcelona, te llevábamos casi todos los días a jugar con otros niños en el Parque Güell”. (2) En aquellos años Gaudí habitaba en el Park Güell por lo que resulta atractivo pensar en la posibilidad de que hubiera coincidido con el niño y futuro gran escritor en alguno de los paseos que acostumbraba a realizar por los jardines.

En otra parte cuenta cómo cuando siendo ya adulto volvió al Park Güell tuvo una diferente impresión, ya que lo observaba desde otra perspectiva física y mental. (3)

Cortázar, nacido el 26 de agosto de 1914 en Bélgica, creció y se formó en Argentina y más tarde se instaló en París. Una curiosa coincidencia con Gaudí es que Cortázar también tuvo una infancia enfermiza. En su caso esto le obligó a pasar tiempo en cama, y fue allí que comenzó su afición por la lectura que lo convirtió en un precoz devorador de novelas y poesía. (4

En su juventud esa pasión por leer crecerá hasta convertirse en su principal fuente de formación, de forma parecida a Gaudí quien pasaba largas horas en la biblioteca de la Escuela de Arquitectura para ampliar sus conocimientos. Más allá de esto parece haber pocas coincidencias entre ellos como artistas y como personas aunque existen sin embargo algunos rasgos comunes entre ambos creadores que se evidencian en un estudio más allá de la superficialidad.

En primer lugar un ansia de perfeccionismo que les empujó a un trabajo incesante y quizás a una cierta frustración por creer no alcanzar nunca el objetivo deseado de transmitir a la materia lo que su sensibilidad dibujaba en sus mentes. La novela de Cortázar 62/Modelo para armar, (5) famosa por subvertir los modos tradicionales de escritura, contiene párrafos que nos hablan de las limitaciones de la expresión.

Portada de la primera edición de 62/Modelo para armar. Sudamericana. Buenos Aires. 1968

El texto comienza relatando la dificultad del protagonista para hallar la forma de transmitir a sus amigos una casualidad que le causó gracia sucedida en un instante fugaz en un restaurante parisino: “No había palabras, porque no había pensamiento posible para esa fuerza capaz de convertir jirones de recuerdo, imágenes aisladas y anodinas, en un repentino bloque vertiginoso, en una viviente constelación aniquilada en el acto mismo de mostrarse.” Algo más adelante explica cómo se obstinará en “reavivar esa materia que cada vez se volvía más lenguaje, arte combinatoria de recuerdos y circunstancias, sabiendo que esa misma noche o al día siguiente (…) todo lo que contara estaría irremisiblemente falseado.”

Julio Cortázar en 1967. Foto: Sara Facio. Dominio Público

Gaudí era igualmente un incansable trabajador obsesionado en dar materialidad a aquello que imaginaba. Sus edificios parecen no alcanzar nunca el ideal de su autor, quien dedica todos sus desvelos y esfuerzos a buscar una perfección que parece resistírsele. Así lo vemos replantearse una y otra vez los proyectos, tanto en la etapa de diseño como de construcción. La arquitectura de Gaudí expresa síntesis y perfeccionamiento de forma simultánea, explicable solo incompletamente con palabras. “Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma”, decía Cortázar. Es ese perseverante esfuerzo creador constantemente insatisfecho el que a través del trabajo continuo y metódico permite alcanzar un orden superior capaz de emocionar. “He cansado mucho a los que han trabajado conmigo, procurando siempre mejorar las cosas, porque no las he dado como buenas hasta que me he convencido de que ya no las podía perfeccionar”, expresó a uno de sus colaboradores. (6)

El inconformismo creador de Gaudí le impulsó a desarrollar nuevas formas de proyectar: Tal el caso de la maqueta colgante tridimensional para la iglesia de la Colonia Güell, con las cargas a escala. Otra muestra de técnica innovadora fue el uso de la fotografía de la maqueta para dibujar y corregir sobre las impresiones, método inédito hasta entonces. También fue innovador cuando combinó técnicas constructivas tradicionales y consolidadas con formas inusuales como las superficies regladas alabeadas.

Maqueta colgante de la iglesia de la Colonia Güell. Dominio Público
Las escuelas de la Sagrada Familia. Ejemplo de la combinación de bóvedas tabicadas con superficies regladas alabeadas. Foto: Balou46 CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)

Allí se encuentra otra coincidencia con Cortázar quien en la búsqueda de un medio de expresión reformuló los métodos literarios tradicionales dando forma a novelas abiertas a muchas maneras de ser leídas, como la famosa Rayuela.

En ella el protagonista se obstina en encontrar un “centro”: “Y ese centro que no sé lo que es, ¿no vale como expresión topográfica de una unidad? Ando por una enorme pieza con piso de baldosas y una de esas baldosas es el punto exacto en que debería pararme para que todo se ordenara en su justa perspectiva.” (7). O reescribiendo un antiguo enunciado: “Terrible tarea la de chapotear en un círculo cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna”. (8)

El escritor está empeñado en hallar la materialización de algo que internamente vislumbra pero se le resiste y le exige el mayor esfuerzo: una expresión literaria integral, inequívoca. Recuerda lo que Gaudí pretendía de la arquitectura cuando decía desde su personal punto de vista: “A veces, después de muchos sacrificios (…) el arquitecto alcanza a ver por unos segundos la tridimensionalidad angélica. La arquitectura que surge de esta inspiración produce frutos que sacian generaciones». El “Centro” de Cortázar se asemeja conceptualmente a la “Tridimensionalidad angélica” de Gaudí.

Portada de la primera edición de Rayuela. Sudamericana. Buenos Aires. 1963

No sorprende entonces que alguien como Cortázar, tan distante temporal, artística e ideológicamente de Gaudí llegara a emocionarse frente a su obra, ya que ambos emprendieron la misma búsqueda aunque por distintas vías. El verdadero arte es capaz de superar todas las barreras y situarse siempre en un plano por encima de las diferencias personales y filosóficas.

Artículo sobre Gaudí, Cortázar y Borges en: https://bit.ly/32jOLse

Vídeo con el extracto de los comentarios de Cortázar sobre Gaudí eb la entrevista de TVE: https://www.youtube.com/watch?v=xnq2Ce4YuZI

Transcripción de los tramos de la entrevista a Julio Cortázar en el programa «A Fondo» de TVE. (20-03-1977) en los que hace referencia a la obra de Gaudí:

Min. 4:10/5:45: Entre un año y medio (de edad) y tres años y medio viví en Barcelona hasta que en 1918, una vez terminada la primera guerra mundial, mi familia pudo volver a Argentina. De esos años tengo recuerdos no precisos, recuerdos que me preocupaban y me atormentaban un poco cuando era niño. Hacia los 9 o 10 años de cuando en cuando me volvían imágenes muy inconexas, muy dispersas que no podía hacer coincidir con nada conocido, y entonces se lo pregunté a mi madre: Hay momentos en que yo veo formas extrañas, como baldosas o mayólicas con colores. ¿Qué puede ser eso? Y ella me dijo: Eso puede corresponder a que de niño, en Barcelona, te llevábamos casi todos los días a jugar con otros niños en el Parque Güell. Así que fíjate que mi inmensa admiración por Gaudí comienza quizás a los dos años, inconscientemente.

 Min. 6:31/7:08: La primera vez que vine a Europa, en 1949, tomé un barco cuya primera escala era Barcelona, y entonces lo primero que hice fue ir al Parque Güell, y naturalmente la imagen ya no correspondía, incluso por una cuestión de óptica: yo miraba ahora el Parque Güell desde un metro noventa y tres, y en cambio el niño lo había mirado desde abajo, con una mirada mágica, que yo trato de conservar pero que no siempre tengo, desdichadamente.

(1) Entrevista a Julio Cortázar en el programa «A Fondo» de TVE. 20-03-1977. En ella Cortázar cuenta su relación con el Park Güell y su admiración por Gaudí. http://www.rtve.es/alacarta/videos/a-fondo/entrevista-julio-cortazar-programa-fondo/1051583/

(2) Ibíd. Min. 4:10/5:45

(3) Ibíd. Min  6:31/7:08

(4) Leía entre muchos otros a Julio Verne, Alejandro Dumas, Edgar Allan Poe, Víctor Hugo, Rubén Darío y Gustavo Adolfo Becquer, además de enciclopedias. Herraez, Miguel. Julio Cortázar. Una biografía revisada. Ed. Alreves. Barcelona. 2011.

(5) Cortázar, Julio. 62/Modelo para armar. Sudamericana. Buenos Aires. 1968.

(6) Frase recogida en: Puig Boada, Isidre. El pensament de Gaudí. Colegio de Arquitectos de Cataluña. Barcelona. 1981.

(7) Cortázar, Julio. Rayuela. Sudamericana. Buenos Aires. 1963. P. 66.

(8) Ibíd. P. 395. Cortázar refiere la cita de Jorge Luis Borges en el cuento “El Aleph” de la expresión de Alanus de Insulis (Alain de Lille) para definir el universo: “una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna”.