Un equipo interdisciplinario barcelonés levantó un complejo con 22 aulas, biblioteca y servicios para la comunidad de Casamanza, en Senegal.

Las estructuras son de bóveda tabicada de perfil parabólico, con una cubierta  para protegerlas de los agentes atmosféricos. Los suelos son de trencadís de cerámicos de desecho.

Fotos: Noemí de la Peña. El Periódico

El equipo que llevó adelante este proyecto fue liderado por Lluís Morón, diseñador gráfico y David Garcia, arquitecto.

La inspiración gaudiniana se manifiesta en las formas y en las técnicas: bóvedas tabicadas de sección parabólica de 6 x 6 x 10 metros construidas con ladrillos hechos con la tierra del lugar, reforzada con un 7% de cemento. Los suelos también recogen la técnica que Gaudí utilizó con frecuencia: trencadís a partir de material de descarte.

En resumen, una feliz adaptación no solo de las técnicas, sino también del espíritu de una de las múltiples facetas de la obra de Gaudí: la construcción con materiales económicos aprovechando al máximo sus propiedades y características y su puesta en obra mediante la formación de los albañiles que intervienen en ella.

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